Está de moda hablar de la calidad de la enseñanza. Voy a aprovechar esta circunstancia para reflexionar sobre las conexiones entre la calidad de la enseñanza y la calidad del aprendizaje que aquella debe producir. Sobre la calidad de enseñanza hablan mucho quienes la usan para justificar que les den más medios y dinero. Yo sin embargo, soy de aquellos que creen que los dos factores más importantes en la mejora del aprendizaje son en primer lugar lo que los profesores hacen para ayudar a sus alumnos a aprender y en segundo lugar lo que los alumnos hacen para aprender. Por ello soy de los profesores "who go the extra mile effort" (que hacen el esfuerzo adicional) para conseguir una mejor calidad del aprendizaje en mis alumnos (y mucho de ese logro pasa por esforzarme para hacerles trabajar a ellos), lamentablemente en la universidad no somos la mayoría los que estamos dispuestos a hacer ese sacrificio adicional para que nuestros alumnos aprendan más y mejor.
Soy un profesor preocupado por mejorar la calidad de la enseñanza desde que empecé a enseñar hace 23 años y hago lo que puedo para lograrlo tanto cuando los gobiernos suben los presupuestos de educación para ganar elecciones como cuando los bajan para evitar bancarrotas. Ello me llevó a centrar mi preocupación por el concepto de la calidad del aprendizaje y como la adopción de "nuevos" modelos y métodos de enseñanza aprendizaje podían fomentarlo. Si queremos aumentar la calidad de la enseñanza es obvio que deberemos reconducir los esfuerzos hacia la consecución de aprendizajes de mayor calidad y para ello deberemos posibilitar que el profesorado reoriente sus esfuerzos y planificaciones hacia la consecución de resultados de aprendizaje de mayor calidad.
Habrá que cambiar y mejorar mucho nuestro modo de enseñar para así lograr alcanzar la calidad del aprendizaje de nuestros alumnos algún día. Yo llevo muchos años en este tema y durante la primera década del siglo XXI casi nadie hablaba de ello, no salía en los titulares. Con el advenimiento de la crisis económica y de la consiguiente crisis presupuestaría de pronto a algunos les empezó a preocupar la calidad de la enseñanza. Se produjo la paradoja de que hasta los que durante años se han mantenido felices recitando clases magistrales en las universidades pese a la pobreza del aprendizaje de sus alumnos, estaban irritados y enfadadísimos por la pérdida de calidad de la enseñanza. Parece que la calidad de enseñanza les importa a algunos cuando necesitan argumentos para mejorar sus condiciones laborales (cobrar más y trabajar menos). Otros sólo se acuerdan de la calidad de la enseñanza
cuando su partido está en la oposición y tienen que sacar las pancartas a la calle para que salga en el telediario.
Mi humilde opinión es que para hablar de calidad de enseñanza hay que entender lo que es aprendizaje de calidad (su producto). De este principio podemos deducir que quien no entienda lo que es el aprendizaje de calidad sólo dirá tonterías acerca de la calidad de la enseñanza (he oído a unos cuantos). También podemos deducir que si no sabemos lo que es aprendizaje de calidad, no podremos producir enseñanza de calidad aunque nos doblen la plantilla de profesores (los recursos, el sueldo o los interinos). ¿Cómo vamos a lograr aprendizaje de calidad, si no sabemos lo que es?
La reflexión sobre la calidad del aprendizaje (el producto de la enseñanza) me ha permitido ver con claridad que la calidad de los aprendizajes de nuestros alumnos tiene muy poco que ver con los presupuestos generales del estado y mucho más con la claridad de propósito y la voluntad de los profesores que deben enseñar y todavía más con su capacidad de redirigir en las direcciones apropiadas las voluntades y los esfuerzos de sus alumnos (para que obtengan esos aprendizajes de calidad deseados).
Por ello suelo hacer razonar a mis alumnos de mis cursos de formación del profesorado sobre lo que es el aprendizaje y sobre las características que debe tener un aprendizaje para ser de calidad. En mis cursos de formación del profesorado suelo realizar un
ejercicio a traición de aprendizaje activo que consiste en
pedir a la audiencia de profesores que piensen en las características que debe
tener un aprendizaje para poder ser considerado un aprendizaje de calidad.
Dado que este tema de reflexión es nuevo para la inmensa mayoría de
los profesores que no pensamos tanto en los aprendizajes de nuestros alumnos
como en lo que nosotros mismos tenemos que enseñar y
contar según diga el programa de la asignatura. A veces nos cuesta sudores el encontrar características que permitan decir que un aprendizaje es de calidad. Para ayudar a mis voluntariosos alumnos-profesores a salir de este
bloqueo mental les ofrezco una sugerencia de estrategia: “Si no se os ocurren características
de los aprendizajes de calidad, podéis pensar en que características tienen los
aprendizajes de más baja calidad y desde
ahí intentar llegar a las características contrarias.”
Les dejo pensar un rato. De esta manera los participantes primero piensan individualmente (Think) y apuntan las características que se les ocurren. Cuando veo que los bolígrafos de algunos dejan de escribir les digo “ya podéis comentar las características con el compañero o compañeros de al lado” (Pair). Después de compartir y discutir en parejas o pequeños grupos damos paso a una tercera fase (share) en la que los distintos grupos aportan las características que han identificado y se va discutiendo y comentando sobre ellas. Yo actuo como secretario y voy tomando notas en la pizarra o en un whiteboard de las aportaciones de los distintos grupos y las relaciones y asociaciones entre ellas.
Les dejo pensar un rato. De esta manera los participantes primero piensan individualmente (Think) y apuntan las características que se les ocurren. Cuando veo que los bolígrafos de algunos dejan de escribir les digo “ya podéis comentar las características con el compañero o compañeros de al lado” (Pair). Después de compartir y discutir en parejas o pequeños grupos damos paso a una tercera fase (share) en la que los distintos grupos aportan las características que han identificado y se va discutiendo y comentando sobre ellas. Yo actuo como secretario y voy tomando notas en la pizarra o en un whiteboard de las aportaciones de los distintos grupos y las relaciones y asociaciones entre ellas.
Finalmente saco mis listas de características (primero las del aprendizaje de mala calidad):
y luego las del aprendizaje de calidad y vemos que entre todos habíamos identificado la mayoría de ellas en la actividad de think, pair, share.
y luego las del aprendizaje de calidad y vemos que entre todos habíamos identificado la mayoría de ellas en la actividad de think, pair, share.
A continuación visionamos el vídeo “five minutes university” con subtítulos en castellano
El vídeo lleva al extremo del absurdo risible, lo que es algo absurdo pero culturalmente aceptado: evaluamos y certificamos como aprendizaje válido y de calidad, lo que nuestros alumnos han memorizado en su memoria a corto plazo. Lo curioso es que luego a los profesores nos extrañe que los alumnos olviden el 90% de lo que han "aprendido" cuando realmente hemos evaluado otra cosa: no lo que han aprendido sino aquello con que han conseguido atiborrar su memoria a corto plazo.
El contraste con las universidades reales es tan escaso que el resultado es muy esclarecedor. Despilfarramos mucho tiempo transmitiendo de modo ineficaz información cuya retención a corto plazo será evaluada y olvidada en su mayor parte poco después. Una información y habilidades de resolución de problemas muy específicos y alejados de la realidad que casi nunca serán transferidas en el futuro (Transferable skills rarely transfer de Graham Gibbs). En fin, una lastimosa perdida del tiempo de todos.
Después de la reflexión sobre las características del aprendizaje de calidad y de ver el vídeo U5M suelo plantear la siguiente cuestión:
¿Es el aprendizaje universitario que obtenemos en la actualidad de la máxima calidad posible (dadas las circunstancias ciertamente adversas)?
El consenso suele ser que no, claramente lo que hacemos actualmente la mayoría de los profesores universitarios produce aprendizajes de una calidad muy pobre (hay honrosas excepciones). Yo les consuelo y conforto diciéndoles que la ventaja de que enseñemos tan mal es que no nos será muy difícil mejorar en algo.
Mi creencia es que incluso en las actuales circunstancias el aprendizaje de nuestros alumnos podría mejorarse mucho si los profesores hiciéramos mejor nuestro trabajo:
2º cambiando lo que hacemos en clase, y lo que harán nuestros alumnos para aprender dentro y fuera de ella
3º cambiando lo que evaluamos y cambiando la manera de evaluarlo.
El primer grupo de cambios se refiere a la elección de resultados de aprendizaje que condiciona en gran parte la calidad estos mismos. Si no elegimos aprendizajes de calidad como nuestros objetivos y nos proponemos su consecución como algo prioritario, será altamente improbable que estos se alcancen. Por ello debemos:
1. Centramos en resultados de aprendizaje que serán útiles a nuestros alumnos en el futuro.
2 Centramos en aprendizajes que capacitan, que hacen competente para el desempeño de los perfiles profesionales propios de la titulación.
3. Poner el énfasis en aprendizajes que no tengan fecha previsible de caducidad.
4. Enseñar a nuestros alumnos a autorrenovar por si mismos su aprendizaje cuando ellos mismos detecten que es necesario ampliar, profundizar o actualizar su aprendizaje en algún tema concreto.
5. En lugar de entrenar en habilidades transferibles educarles mas bien en la habilidad para afrontar nuevas situaciones a las que transferiremos lo que sabemos y sabemos hacer.
El segundo grupo de cambios se refiere a las metodologías de enseñanza aprendizaje. Estas favorecerán el aprendizaje de más calidad si:
1. Hacen que el alumno aprecie la relevancia de los resultados de aprendizaje para su formación y su futuro personal y profesional.
2. Buscan conocer el estado actual del alumno y ayudarle a desarrollarse a cambiar a mejor.
3. Facilitan cambios positivos en actitudes y valores hacia los que deben regir y dirigir la actuación profesional ejemplar.
4. Ayudan a que el alumno construya significado relacionando los nuevos conocimientos y habilidades con aquello que ya sabía o sabía hacer con anterioridad.
5. Posibilitan que los alumnos aprendan a razonar críticamente.
6. Posibilitan que los alumnos desarrollen su creatividad por medio de cuestiones abiertas, proyectos y problemas de diseño.
7. Apelan a la emotividad del alumno al ser enmarcados en actividades que provocan respuestas emocionales en nuestros alumnos y les divierten
8. Proporcionan oportunidades para la práctica de lo aprendido, la autoevaluación y la autorregulación.
El tercer grupo de cambios se refiere a las metodologías de evaluación. La evaluación puede favorecer aprendizajes de calidad de las siguientes formas.
1.Indicando al alumno cuáles son los aprendizajes de calidad que debe desarrollar para tener éxito en la evaluación.
2.Favoreciendo el aprendizaje fruto de un esfuerzo continuado (durante todo el cuatrimestre) que imbrica el estudio no presencial con la interacción presencial por medio del Just intime teaching, el peer teaching, el team based learning o flipped learning.
3.Evaluando aprendizajes con futura utilidad profesional (ABP, proyectos, casos y viñetas clínicas)
4.Evaluando comprensión profunda (estructura de la comprensión observada cómo resultado del aprendizaje SOLO taxonomy) así favoreceremos un abordaje orientado a la comprensión y la transferencia.
5.Evaluando aplicación avanzada y transferencia a nuevas situaciones que requieren razonamiento (análisis, síntesis, evaluación) (Bloom taxonomy)
6.Evaluando competencias de manera estructurada (ECOE, rúbricas)
Finalmente suelo dejar en el aire la siguiente cuestión:
¿Podemos decir que una enseñanza es de calidad si no produce en los alumnos que la cursan aprendizajes de calidad?
Suelo acabar con la cita de John Biggs al respecto
"The quality of teaching and
learning,
so bad ten or so years ago,
is now recognised as
a priority and is improving,
but in some universities
much more than in others."
y para la reflexión dejo las preguntas
¿Qué tal está mejorando la calidad del aprendizaje en tu universidad?
¿Qué tal está mejorando la calidad del aprendizaje en tu universidad?
¿y en tus propias asignaturas?
Espero haber aportado algunas ideas, para que las pongan en práctica los que están realmente preocupados por el aprendizaje de sus alumnos y por la calidad de la enseñanza (no para usarla como eslogan, bandera o pancarta) .
A los que quieran opinar sobre si nuestras instituciones educativas hacen todo lo necesario para mejorar la enseñanza y el aprendizaje pueden responder a los cuestionarios sobre implementación de buenas prácticas en enseñanza universitaria en la correspondiente entrada de este blog en el link
2 comentarios:
Me encanta el video. Didáctico y con una buena dosis de humor
El comediante Don Novello en el papel del padre Sarducci da en el clavo. Que forma tan genial de poner en evidencia hasta la irrisión la ineficacia del sistema universitario: cinco años aprendiendo cosas que en su inmensa mayoría habrás olvidado incluso antes de acabar la carrera. Aunque el monologista lo lleva a un extremo ridículo, la universidad en cinco minutos, acierta en la solución: hay que enseñar lo esencial. Cito textualmente" bussines is: you buy something and sell it for more. That's all."
Grant Wiggings y Jay Mc Tighe, gúrus del diseño instructivo en Estados Unidos abogan por diseñar la enseñanza para lograr una comprensión en profundidad y transferible de los conceptos más esenciales de cada disciplina en lugar de los extensos y áridos temarios que producen un aprendizaje tan extenso como superficial y poco duradero.
Conclusión: la enseñanza tradicional es una estéril perdida del tiempo de todos, profesores recitadores magistrales y alumnos amanuenses. Ya lo decía el ilustrado Pablo de Olavide (el español que sabe pensar, según Voltaire) hace más de dos siglos "dictar lecciones sólo sirve para que los muchachos pierdan el tiempo y la letra"
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